Desde 1792, cuando Eugenio de Santa Cruz y Espejo (1747-1795), sacó a la luz el primer número de las "Primicias de la cultura de Quito", no imaginó que marcaría en nuestro país el inicio de un ejercicio profesional cambiante y versátil. El periodismo, considerado por muchos como un oficio, celebra este 5 de enero su día y con él surgen una serie de cuestionamientos sobre cómo se ejerce esta actividad en nuestro país y qué le espera al periodismo en el marco de los cambios tecnológicos.
Que el periodismo no va a morir, es seguro, pero que debe adaptarse a los cambios y realizar convergencias, también es un hecho. De ahí que los medios aún tienen mucho por caminar, sobre todo cuando las bases mismas del ejercicio periodístico deben replantearse. Los polos opuestos del oficio, experiencia y destreza tecnológica, deben converger, pues si bien los conocimientos son válidos a la hora de buscar la noticia, y las nuevas tecnologías están en auge, ninguna de las dos funciona por sí sola, el nuevo periodismo, debe tener la capacidad de narrar los hechos y adaptarse al mismo tiempo a los lenguajes y formatos digitales cada vez más específicos.
El periodismo, según José Villamarín, se encuentra en el punto exacto para que los medios empiecen a hablar de los medios, es decir a hacer un ejercicio de análisis y crítica. Pues, a pesar de que el gobierno generalizó la imagen de un periodismo desligado de sus verdaderos objetivos, y confundió el ejercicio con los medios empresariales, no es menos cierto que existan medios que privilegian el aspecto económico sobre el social y que actúan como actores políticos, antes que cumplir con el objetivo de mediar la realidad.
Los espacios alternativos, según Pablo Escadón, son los medios digitales, pues este constituyen el único medio para ejercer un periodismo diferente. Por ello, el periodismo tiene una serie de retos y objetivos de cara a la nueva década que empieza; realizar un ejercicio ético y profesional, producir información de calidad para que el público tome decisiones acertadas y narrar para las nuevas audiencias y medios específicos que surgen con la red.
La tarea de Espejo fue sumamente meritoria, es momento de retomar el sueño de hace 219 años, y cumplir con los objetivos para los que fueron llamados los periodistas.