Además de ser materia prima para los textiles, el algodón también puede ser un alimento rico en proteínas. Keerti Rathore se ha dedicado a intentar revertir la contrariedad de un algodón débil para hacerlo comestible. Y lo ha logrado gracias a la biotecnología.
Rathore encontró la forma de reducir la toxina presente en la semilla de algodón que hacía que hasta ahora sólo pudiera ser ingerida por el ganado. Al reducir la sustancia venenosa denominada gosipol, las nuevas semillas pueden ser ingeridas por cerdos, pollos, peces y seres humanos.
Rathore, especializado en biología molecular, de la Universidad de Texas, estará en la Escuela Politécnica del Ejército del 7 al 11 de noviembre del 2011. En el campus de Sangolquí, en el Salón 2000, dará conferencias a docentes y estudiantes sobre esta tecnología, la cultura in vitro, la transformación de las plantas y las técnicas moleculares usadas.
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