Renovación: Palabra clave para las empresas de hoy

El refresco tecnológico de las empresas en el 2013 es especialmente retador e interesante, y se convierte en un factor decisivo para alcanzar los objetivos de negocio.

Por Alejandro Peláez, Gerente de Tecnologías para Empresas, Intel Cono Norte

 

Innovar es para muchas empresas un factor decisivo para evolucionar. Las compañías se enfrentan constantemente al proceso de refrescar su tecnología, decisión que puede generar un gran impacto al interior de la organización y que debe hacerse en el momento oportuno pensando en su crecimiento y todos los beneficios que puede obtener a raíz de ese cambio.

Este tema es de gran interés hoy, y existen en particular algunos factores que hacen pensar a los IT managers en iniciar la transformación cuanto antes. En abril del 2014 llegará el fin de Windows XP(*), que todavía se usa en muchas empresas.  Los que han tardado mucho en moverse estarán arriesgando su seguridad y buscando apoyo cada vez más personalizado y costoso, hasta convencerse de dar el paso hacia equipos nuevos.

Por otro lado, la oferta es cada vez mayor y para muchos el tema de movilidad es fundamental. Opciones como los Ultrabook™ convertibles y las tabletas obligan a las empresas a mirar sus compras con más cuidado.  Ya no se trata sólo de actualizar algunas especificaciones en el mismo tipo de equipo.  Quien acostumbraba llenar sus pliegos u órdenes de compra “con el formato del año pasado” tiene que olvidarse de esa práctica y hacer la tarea completa.

Al conjunto de posibilidades se suman las opciones de servicios en la nube, el alquiler de máquinas, y la tendencia de BYOD (“trae tu propio aparato”, por sus siglas en idioma inglés), con lo cual los negocios deben decidir no sólo qué equipos compran, sino qué modelo de operación adoptan.

Tener tantas opciones es para los gerentes de IT al mismo tiempo confuso y emocionante.  Quien tiene un computador de hace cuatro años encuentra hoy equipos livianos y llamativos, en promedio tres veces más rápidos que el que tiene en el trabajo, con baterías que duran mucho más, dando verdadera movilidad, y que cuestan cerca de 200 dólares menos de lo que se pagó por el equipo viejo.

 

¿Cómo tomar la mejor decisión?

Es importante tener claro el uso que se le dará al equipo para escoger la opción que más se ajuste a las necesidades de la organización.  Esto dicta los niveles de procesamiento, movilidad y funcionalidad requeridos para cada perfil de empleado.

La empresa necesita manejar un balance entre innovación y continuidad del negocio.  Los saltos muy fuertes hacia modelos completamente “nubizados” (con respaldo en una “nube”) o a un BYOD descontrolado, pueden traer dolores de cabeza a las organizaciones.  Por esta razón, cabe esperar que la mayoría de compañías sigan buscando dispositivos con buen procesamiento, capaces de trabajar y almacenar datos sin depender totalmente de la nube,  y que le ayuden a la gente de TI a administrarlos.

Así mismo es de gran importancia el tema de la compatibilidad.  El equipo debe tener buenos puertos para conectar los periféricos estándar de la industria (memorias USB, clickers, proyectores, impresoras, etcétera).  También es crítico que pueda usar el software empresarial más común sin degradar el contenido y que ofrezca buena compatibilidad con los sitios web que la gente usa a diario.  Una sigla práctica para recordar las tres áreas de la compatibilidad es “CCI – Compatibilidad Con Inteligencia”.  La primera C representa “lo que conecto”, la segunda es “lo que corro” y la I es aquello “con lo que interactúo”.

La importancia de la interfaz táctil es indiscutible.  Muchas personas sienten una fuerte diferencia en su experiencia cuando prueban a usar un sistema con Windows 8 con y sin capacidades touch.  Aunque la mayoría de aplicaciones empresariales están diseñadas para el teclado y el ratón, comprar un equipo con pantalla táctil hoy en día es bastante aconsejable.  Hay que pensar no sólo en las aplicaciones disponibles hoy, sino en las que surgirán durante la vida útil del equipo.

El teclado y el ratón siguen siendo importantes.  Se escribe más rápido y mejor cuando se tiene un buen teclado y no hay que detenerse todo el tiempo para buscar un caracter más allá de las letras.  De igual modo, cuando se está editando una presentación o se está recortando una foto, es mejor tener un cursor, pues el dedo tapa exactamente el área que uno quiere ver con precisión.  En este sentido, los Ultrabook™ convertibles proporcionan la experiencia de trabajo más completa, pues son un “computador de verdad” cuando se necesita y una tableta cuando se desea.

También es previsible que las tabletas seguirán ganando terreno, y veremos tabletas más orientadas al mercado empresarial, con diseños más resistentes, mayor desempeño y con tecnologías que la gran empresa usa para su gestión y seguridad, como las incluidas en las máquinas Intel® vPro™.

Finalmente, aunque la movilidad sea la gran tendencia, hay todavía una cantidad muy grande de equipos empresariales donde se prefiere el modelo de escritorio.  Aquí una buena opción son los AIO (“all in one”) con pantallas multi-touch.

¿Algo orientado a la PyME?

Este es un segmento crítico del área empresarial.  Históricamente la PyME se ha equipado con dispositivos orientados al consumo y al hogar.  Recientemente han surgido soluciones directamente orientadas a la PyME como Intel® SBA.  Aunque esta solución fue creada con la pequeña empresa en mente, a veces tiene cabida también en divisiones o secciones de una gran empresa.  Una función atractiva de esta tecnología es la capacidad de programar selectivamente los dispositivos que el equipo aceptará en sus puertos USB.  Por ejemplo, puedo decirle a mi computador que sólo acepte mi memoria USB y no otras de desconocidos, que pueden ser fuentes de virus o pueden hacer que información crítica de la empresa caiga en las manos equivocadas.

Así mismo, dependiendo del caso, hay medianas empresas que adoptan tecnologías diseñadas para compañías grandes, como Intel® vPro™.  La PyME puede ser pequeña en número de empleados o incluso en su facturación, pero eso no le impide aspirar a grandes cosas y tratar de adoptar algunas prácticas de la gran empresa.

Más importante que los productos o tecnologías específicas para la PyME es la asesoría a la hora de comprar.  En general, la pequeña empresa no cuenta con un experto en cómputo que guíe sus decisiones tecnológicas, por lo cual dependen mucho del consejo que le brinden las tiendas y los distribuidores.  Los canales que tengan el mejor acercamiento a este segmento tienen la posibilidad de establecerse como sus aliados de largo plazo.

El salto tecnológico es mucho más que ahorro de dinero. El cambio se verá en  resultados de tiempo, productividad, movilidad, capacidad de procesamiento, y muchas otras cosas que impactarán positivamente la organización y su día a día.

 

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