Software y propiedad intelectual en Ecuador

La producción de software es una de las actividades más productivas que desde hace 20 años se desarrolla en nuestro país. A decir de Santiago Martinez, Director Ejecutivo de la Asociación Ecuatoriana de Software, es una de las actividades que más potencial tiene a futuro, sobre todo por factores como el Plan Estratégico de Desarrollo que impulsa el tema del software.  

En el Ecuador, la industria del software está conformada por 420 empresas concentradas en su mayoría en ciudades como Quito y Guayaquil. Las empresas están facturando alrededor de 300 millones de dólares, se exporta alrededor de 50 millones de dólares al año y beneficia al país con 4.000 empleos de alta calidad. 

 Para Martinez, la tarea fundamental es construir un ecosistema digital y no solo una industria,  ya que la producción de software debe considerarse como  un eje transversal que fomenta la competitividad. Pero advierte que si el Estado,  las industrias y los centros de educación superior no cumplen con sus respectivos roles y se generan conocimientos, difícilmente se alcanzará el objetivo. 

Con respecto a la propiedad intelectual, Martinez asegura que sigue siendo una gran tarea pendiente en el país, pues a pesar de que existe un marco jurídico que respalda la protección de los derechos de autor, muchas veces los procesos administrativos extremadamente burocráticos, agotan a las empresas y éstas prefieren dejar de lado la protección.

En los últimos años no se ha incrementado el grado de irrespeto a la propiedad intelectual, debido a que empresas, gremios e instituciones han tomado una serie de medidas. Sin embargo, no basta estas acciones sino que es necesario hacer respetar los derechos de autor para así atraer inversiones al país, como ocurrió en países como Costa Rica y Uruguay. 

De ahí que es necesario defender la industria y  no un modelo de negocio específico, pues tanto el software libre, como el adquirido bajo licencia, deben madurar en el mercado nacional y buscar medidas cada vez más eficientes para proteger la propiedad intelectual.