Desarrollo y propiedad intelectual en Ecuador

La Propiedad Intelectual es uno de los temas más importantes para el desarrollo de muchas industrias en el mundo y que a pesar de que existe  un marco legal,  este  no se respeta ni se cumple.

Se entiende como propiedad intelectual a  las creaciones de la mente, las invenciones, las obras literarias y artísticas, los símbolos, los nombres, las imágenes y los dibujos y modelos utilizados en el comercio.

La Propiedad  Intelectual abarca varios sectores:   la propiedad industrial es decir las  invenciones, patentes, marcas, dibujos y modelos industriales e indicaciones geográficas de origen; los derechos de autor en obras literarias y artísticas; los derechos de artistas,  intérpretes o ejecutantes sobre sus interpretaciones o ejecuciones;  los derechos de los productores de fonogramas sobre sus grabaciones y los derechos de los organismos de radiodifusión sobre sus programas de radio y de televisión.

A pesar de que existe un marco legal,  es común que en nuestro país accedamos constantemente a producciones piratas, lo que demuestra la calidad de valores con los que crecen los ecuatorianos. Y  a pesar de que se han producido campañas educativas, como la realizada por el IEPI (Instituto de  Propiedad Intelectual),  que pide respeto a los derechos de autor, no se evidencian cambios en las costumbres de los consumidores.   

Andrés Icaza Mantilla, presidente del Instituto de  Propiedad Intelectual (IEPI) asegura que no existen cifras oficiales sobre la piratería, pero se estima que solo en películas y  música hay un 100% de producción ilegal.  

Con la piratería se observa realidades de artistas como Pepita Vargas del dúo Naranjo-Vargas, quien considera que la piratería es un monstruo que hace daño a mucha gente: a  las empresas,  compositores,  artistas,  intérpretes y que es imposible luchar contra ellos. 

Por otro lado, para el artista nacional Gerardo Morán, la producción de Cds musicales ya no representa ganancias ni rentabilidad económica debido a la piratería, por ello los discos sirven  para promocionar su nueva producción en los medios de comunicación, más que  para obtener dinero.  

Y es que la inversión que representa producir un nuevo material musical y distribuirla  tanto para el artista nacional como internacional es alta y solo se puede cubrir con grandes inversiones.

Gonzalo Jiménez,  presidente de discos MTM, asegura que no es posible competir  con los piratas, si la inversión que ellos hacen es mínima: el pedazo de plástico a 7 ctvs.,  la carátula a 3 ctvs. , y obtienen  discos por 10 centavos que luego son vendidos en la calle a 50 ctvs.

De ahí que, según Jiménez, exista una disparidad muy grande en el manejo de valores, ya que no se puede comparar la inversión que realiza una compañía como discos  MTM, que representa a  artistas como Luis Miguel,  Miguel Bose, Madona, con la inversión de los piratas.  

Y a pesar de la problemática generada por la piratería, los artistas en nuestro país no denuncian cuando sus derechos son vulnerados. Según Icaza Mantilla, la autoridad es la encaminada a generar acciones para evitar la piratería,  pero sin el apoyo de los titulares de los derechos, quienes deben generar las acciones pertinentes, difícilmente se puede controlar la producción ilegal. 

Sin embargo,  muchos artistas reconocen  que luchar contra la piratería de sus obras musicales resulta  difícil y empiezan a hallar justificativos para su existencia.  Un ejemplo de ello es Gerardo Morán, quien asegura que  como artista y productor, no puede ponerse en contra de la piratería, ya que han sido ellos quienes directa e indirectamente le han convertido en un artista popular. 

Para otros artistas como Naranjo Vargas, la perspectiva es distinta, y asegura que en este caso se convierte en publicidad, pues la gente olvida fácilmente el trabajo del artista si no  actualizan sus producciones constantemente o realizan  grabaciones. 

Desde este enfoque, los artistas enfrentan un entorno adverso, ya que la inversión que realizan, solo  la recuperan en sus conciertos donde intentan vender sus discos de forma poco exitosa. De ahí que, como afirma Icaza Mantilla, es necesario generar una cultura de respecto a los derechos de autores en general, que las personas sepan cuánto es lo que se invierte y cuántos trabajos se pierden a nivel mundial por la piratería. 

El tema de la piratería también pasa por el software y su producción ilegal. En el Ecuador, según Santiago Martínez, Director Ejecutivo de la Asociación Ecuatoriana de Software (AESOFT), la industria del software está conformada por 420 empresas concentradas en su mayoría en las ciudades de Quito y Guayaquil. Las empresas están facturando alrededor de 300 millones de dólares, se exporta alrededor de 50 millones de dólares al año y beneficia al país con 4.000 empleos de alta calidad. 

De ahí la importancia de potenciar y fortalecer a esta industria que está considerada como la de mayor  futuro por su alto valor en la generación de empleo y la ecología en los procesos. Martínez asegura que  en el caso del software, la tarea fundamental es construir un ecosistema digital y no solo una industria,  ya que la producción de software debe considerarse como  un eje transversal que fomenta la competitividad. Pero advierte que si el Estado,  las industrias y los centros de educación superior no cumplen con sus respectivos roles y se generan conocimientos, difícilmente se alcanzará el objetivo. 

Desde el Estado se han dado pasos importantes para  impulsar a este sector estratégico y  potenciarlo a futuro, por ello se han establecido planes específicos como el  Plan denominado Investigación, innovación, desarrollo productivo y la masificación  de los Tic’s., que según Francisco Cevallos, subsecretario de Tecnologías de la Información y Comunicación (MINTEL), tiene como fin integrar la investigación como eje fundamental para producir tecnología. El plan se centra en el fomento de la industria del software, competitividad y la internacionalización de software ecuatoriano. 

La tarea fundamental a más fortalecer la industria del software, es el cumplimiento de la ley  mediante acciones legales presentadas por los propietarios de derechos de autor. De ahí que según Andrés Icaza Mantilla, el software es unos de los sectores donde existe menos  vulneración de derechos, debido a que los titulares de software generan acciones pro-activos. En cambio, en el ámbito de películas,  los titulares no son nada activos y por lo tanto no se genera una protección de sus derechos. 

En este sentido, es importante que  no solo los propietarios de software presenten acciones legales, si no que éstas sean efectivas. Aunque, para Santiago Martínez esto sigua siendo una gran tarea pendiente en el país, pues a pesar de que existe un marco jurídico que respalda la protección de los derechos de autor, muchas veces los procesos administrativos extremadamente burocráticos, agotan a las empresas y éstas prefieren olvidar la protección.

El software es fundamental para el desempeño de las actividades empresariales, educativas y hasta de entretenimiento. Existen más computadores en Ecuador, pero  en su mayoría utilizan software ilegal a pesar de los esfuerzos que se han hecho  para masificar el uso del software legal.

Verónica Sánchez, Apoderada de la Bussines Software Alliance BSA en Ecuador ha sido testigo de este proceso, asegura que a pesar de que se han realizado campañas desde el 2009 para legalizar el software en 4.000 empresas a nivel nacional, factores como un mayor número de PC’s en el mercado y que cada vez se sumen más usuarios a la red, favorecen el incremento de la piratería. De estas campañas, solo un 15 por ciento de las empresas están respondiendo a la propuesta con la legalización del software. 

El respeto a la propiedad intelectual es la base para generar inversión, investigación, y  progreso en todos los ámbitos abordados. El  cine, La música y software tienen un enorme potencial para la generación de empleo y representan un gran aporte por concepto de impuestos. De ahí que es necesaria una reflexión al momento de elegir si ponernos de lado de los piratas o de quienes hacen innovación y permiten el desarrollo de las industrias.